Desocupé mi cuerpo
rellené el hueco deshabitado
con los frutos de tu piel.
Embarqué en tus manos,
viajé de tu boca a tus entrañas
deshecha en tu sangre
enredada en el vello de tu vientre.
Viví eterna hasta tu muerte.
Mercedes Ridocci
La noche la envolvió en sueños negros, desnuda y mojada, suplica una toalla en un espacio caótico donde nadie la ve. Despertó ceñida en sába...
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