Me detengo en cada esquina,
viéndote pasar sin verme.
Tu imagen altanera
en mis pupilas
sangra lágrimas secas.
Cada día el mismo trayecto,
las mismas esquinas,
viéndote pasar sin verme.
He cambiado de camino
y a lo lejos te distingo, inmóvil,
llorando en cada esquina.
Poema e imagen - © Mercedes Ridocci