Del poemario "Lava del alma"
Publicado en el blog POESÍA DE MUJERES, editado por la poeta Ana Muela Sopeña
Retuvo para el
todas las caricias,
todos los besos,
las palabras
bonitas.
Se envolvió en
raso blanco
anudó sus
recónditos labios con lazos de deseo,
que él desataría
con manos expertas,
ávidas del calor
que le ofrecía.
No hubo caricias,
ni besos,
ni palabras
bonitas.
Con manos frías y
violentas
mancilló el
blanco raso de gris ceniciento,
desgarró los
lazos del deseo,
derramó hielo
sangriento en sus labios heridos.
Infectó todo su
ser de rabia y miedo.
© Mercedes
Ridocci