TURBULENCIAS
Agua que fluye
nítida y serena,
reposa el lodo en el fondo de tu rumbo
Segura, sin miedo,
ajena al légamo
que silencioso se alza hacia ti.
Alguna piedra, alguna roca
macula tu transparencia
y tambalea tu cadencia sosegada.
Otra piedra, otra roca,
otra y otra,
te golpean
Tu ritmo se acelera.
De las heridas mana tu sangre parda,
te abraza, te ahoga.
Te sacudes con fuerza
contra los escollos que estrechan tu camino.
Ciega, muda, sorda;
paralizada en el vertiginoso movimiento de tu ser,
el abismo se dibuja ante ti.
Turbulencias del alma.
© Mercedes Ridocci